Fito Páez se presentó el fin de semana pasado en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, para festejar los 30 años de carrera, pero tuvo algunos problemas. Ante 10.000 personas, el músico se quedó sin voz y no pudo continuar con su repertorio.
Sabés cuál fue su excusa: "Es la primera vez que me pasa”.
Si te llegás a encontrar en una situación que amerite el mismo argumento, podés agregar: "Es la primera vez que me pasa, se me vino a la cabeza la cara de Fito Páez y me bloqueé”.
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, justificó el cachetazo que Graciela Camaño le dio a Carlos Kunkel.
Dijo Carrió: "Le voy a pedir Camaño que me enseñe", ironizó entre sus allegados.
La verdad es que yo pensé que ya había aprendido de tanto tirar manotazos para todos lados.
Carrió comentó entre sus íntimos que la única beneficiada con el escándalo fue ella. "Con el desastre que hicieron, me dejaron el camino libre", dijo Carrió, puso el guiñe a la derecha y enfiló hacia el edificio de Clarín.
Dejando de lado si le cabe una sanción a Camaño, pensemos lo que hubiera pasado si la que pegaba era una diputada kirchnerista. El Clarín del domingo te venía con la planilla para pedir la renuncia y el DVD de la cachetada.
Daniel Sciamaro, intendente de una pequeña ciudad santafesina, reasumió en el cargo 20 días después de haber renunciado. Sciamaro fue acusado de haberse gastado la plata de la municipalidad en juegos de azar.
Cuando le preguntaron por qué volvió a la intendencia, Sciamaro respondió “te canto la justa, tuve un pálpito y me jugué a pleno por el regreso”.
Ante la primera docena de vecinos que se acercaron a escucharlo, Sciamaro pidió que le pongan las fichas a su gestión, que lo suyo es una apuesta a futuro”.
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