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lunes, 6 de abril de 2009
Historias de pingüinos IV
Pingüinos en la playa
Entre los pingüinos circulan ciertas historias que nadie sabe si son verdaderas o si alguien las inventó para fomentar el turismo dentro del país. La más popular de ellas cuenta que una pareja de pingüinos fue de vacaciones a Brasil con sus dos pequeños hijos. El que iba a ser un recuerdo agradable se transformó en lo peor que les pudo pasar en la vida.
El segundo día juntaron sus cosas y todos partieron hacia la playa. Comieron y jugaron sobre la arena, disfrutaron de las olas y se reenergizaron con el agua salada. Pero la playa se pobló de seres de todas las raleas y el clima se fue enrareciendo. El mayor de los hijos pingüinos jugaba a la pelota con otros chicos y en cierto momento desapareció de la vista de sus padres. Pasó un rato hasta que se dieron cuenta de ello. El padre pingüino se paró para tratar de verlo, pero no estaba en ningún lado. La madre comenzó a desesperarse.
Atormentados lo buscaban con la vista y no podían verlo. Una mujer que estaba tomando sol a su lado, les dijo que ella podía cuidar al pingüino más chico mientras ellos buscaban a su hijo mayor. Sin saber qué hacer, aceptaron el ofrecimiento y corrieron entre la gente tratando de encontrar a su hijo mayor. Los guardavidas simularon no entender los que les decían. Solos recorrieron la playa por horas sin tener noticias de su hijo mayor. Abatidos, desolados, volvieron dispuestos a juntar sus cosas y hacer la denuncia policial.
Cuando llegaron hasta el lugar donde habían dejado al pingüino más chico al cuidado de la mujer, sólo encontraron una nota sobre la toalla llena de arena que decía “nunca separes a dos hermanos”.
La pareja nunca volvió a ver a sus hijos y ahora pasa las vacaciones en Argentina.
miércoles, 1 de abril de 2009
Historias de pingüinos III
Un pingüino está tomando una chocolatada helada en un bar del centro, los clientes lo miran como suele mirarse a un pingüino que está tomando una chocolatada helada en un bar del centro. El mozo se pregunta cuál será la propina que deja habitualmente un pingüino, pero lo distrae una persona que entra al bar gritando.
La atención de todos se centra en el recién llegado que, emocionado, anuncia que alguien amenaza con tirarse desde el techo del edificio de departamentos de la esquina. Los clientes desaparecen en cuestión de segundos. El mozo larga la bandeja y, haciendo caso omiso a los llamados del patrón, se suma a la carrera.
El pingüino sorbe ruidosamente el fondo de su chocolatada, se para, saca una moneda de 50 centavos y pone una canción en la fonola.
PD: Acá tienen que poner play y escuchar “El rosario en el muro”, de Los Visitantes en Caliente.
La atención de todos se centra en el recién llegado que, emocionado, anuncia que alguien amenaza con tirarse desde el techo del edificio de departamentos de la esquina. Los clientes desaparecen en cuestión de segundos. El mozo larga la bandeja y, haciendo caso omiso a los llamados del patrón, se suma a la carrera.
El pingüino sorbe ruidosamente el fondo de su chocolatada, se para, saca una moneda de 50 centavos y pone una canción en la fonola.
PD: Acá tienen que poner play y escuchar “El rosario en el muro”, de Los Visitantes en Caliente.
martes, 23 de diciembre de 2008
Historias de pingüinos II
El pingüino contra los perros cimarrones
Mediados de febrero (pongamos, 2005). En el noticiero informan, una paradoja teniendo en cuenta que hace rato los noticieros se convirtieron en parte del mecanismo del espectáculo, decía que en el noticiero informan que en la costa de Berisso encontraron a un pingüino emperador. El animal se recupera de lesiones leves.
Nadie sabe cómo este ejemplar llegó a las costas bonaerenses. Especialistas sostienen que se perdió cuando -junto a sus compañeros- cumplían el ciclo de migraciones. Desde otra óptica, analistas políticos de Página/12 sostienen que el hecho tiene que ser visto como un acercamiento del presidente Kirchner, simbolizado por el pingüino, con Felipe Solá, que tiene la casa de gobierno en La Plata, a escasos kilómetros de Berisso. El periodista y diputado Miguel Bonasso reniega del razonamiento del diario porque el pingüino es de la especie Emperador y Kirchner es muy democrático.
Lo cierto es que el animal fue rescatado y pudo escapar de la muerte filosa que le tenían preparada dos perros cimarrones. Visiblemente asustado, el pingüino vio la llegada de un ser humano como la salvación para escapar a tan terrible muerte. El coro Kennedy decide hacer un concierto en homenaje al animal más elegante de la fauna toda y Raúl Portal se ofrece a asilarlo y desocupa el freezzer. El ave escucha ofertas.
Pero dejemos de lado a la estrella de este acontecimiento y concentrémonos en quienes son vistos como los villanos: los dos perros cimarrones que se quedaron con las servilletas anudadas al cuello. ¿Alguna vez habían visto a un pingüino? Siguiendo el análisis de Página/12, si Kirchner es el pingüino y Solá la playa de Berisso, ¿los perros cimarrones son Eduardo Duhalde y Chiche? ¿Qué sintieron los perros al divisar al que pretendían fuera su cena? Si hubiera estado empetrolado, ¿se lo comían igual? ¿El pingüino se acompaña con vino tinto o con un blanco pasado por barrica? ¿Los perros pensaban satisfacer sus deseos sexuales con el pingüino? ¿Todos los perros son putos?
Preguntas que no tendrán respuestas, en definitiva los perros, especialmente los cimarrones, no hablan de política, y los pecados de gula y de lujuria prefieren practicarlos a proclamarlos.
Esta historia que pudo ser trágica tuvo un final feliz. El pingüino fue trasladado a Mundo Marino, donde lo entrenarán para que en un futuro se sume a Show Match, Kirchner y Solá siguen en el gobierno y los perros cimarrones se sumaron a la custodia del matrimonio Duhalde.
* Esto fue escrito cuando K era presidente y Solá se hacía el boludo y todavía era gobernador.
jueves, 11 de diciembre de 2008
Historias de pingüinos I
El pingüino papá llega a su casa y lo único que escucha es que su mujer, la mamá pingüino, protesta porque no le alcanza la plata, por el precio del pescado, porque aumentó el cable y porque su hijo es un inútil que se la pasa chateando con pingüinos de otras reservas. Hace años que el pingüino papá escucha los mismos reclamos, hace años que se pregunta qué hizo para ganarse una vida tan miserable.
El pingüino papá se prepara un trago y hace lo imposible para dejar de escuchar los reclamos de su esposa, pero no lo logra. Entonces, vacía el vaso de un trago, va hasta el desván y saca una escopeta. Su mujer, de espaldas mientras prepara filets de merluza a la marinera, recibe en la nuca el disparo que la pasa a mejor vida pingüina. El pingüino hijo, con los oídos y la mente de pájaro puestos en un juego en red, no escucha los pasos de su padre que se acerca sigilosamente y lo usa para decorar de rojo las paredes.
Satisfecho, el pingüino papá se sienta en el sillón, prende el televisor y pone canal 9.
El pingüino papá se prepara un trago y hace lo imposible para dejar de escuchar los reclamos de su esposa, pero no lo logra. Entonces, vacía el vaso de un trago, va hasta el desván y saca una escopeta. Su mujer, de espaldas mientras prepara filets de merluza a la marinera, recibe en la nuca el disparo que la pasa a mejor vida pingüina. El pingüino hijo, con los oídos y la mente de pájaro puestos en un juego en red, no escucha los pasos de su padre que se acerca sigilosamente y lo usa para decorar de rojo las paredes.
Satisfecho, el pingüino papá se sienta en el sillón, prende el televisor y pone canal 9.
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