miércoles, 30 de enero de 2008

El mundo se fue al carajo... (2)

... cuando alguien tuvo el atrevimiento (palabra cara el léxico pibe-chorro) de pretender que creamos que hay MILANESAS de Soja, déjense de joder.

Y ahora encima están las "NUEVAS, NUEVAS, NUEVAS" mila/soja/express.
Por Alá, díganle "transgénico rebozado", pero no mancillen una palabra sagrada.

lunes, 28 de enero de 2008

La prueba del auto


En la película “Una historia del Bronx”, Chazz Palminteri interpreta a un mafioso llamado Sonny que entabla una relación de amistad/padrinazgo con un adolescente (C).
Mientras maneja marcha atrás -con gran habilidad- un Cadillac descapotable, Sonny le explica a C que sólo se presentan tres grandes mujeres en la vida de un hombre (las suyas llegaron todas juntas a los 16 años).
El Rey del Barrio le dice a C que para saber si la chica con la que saldrá esa noche es una de ellas, tiene que hacerle la prueba del auto.
El examen de Sonny es el siguiente (a ver cómo les va a ustedes): Cuando la vas a buscar, antes de que salga, trabás las puertas del auto con seguro. Cuando sale, caminás junto a ella y le abrís la puerta del acompañante. Cerrás. Das la vuelta por detrás del vehículo y mirás a través del vidrio, si no se agacha a levantar el seguro de tu puerta, olvidate de ella, no es una de las tres grandes mujeres que te esperan, sólo es una egoísta, un témpano de hielo.

Epígrafe de "Blues de los sueños rotos"


“RL no era un hombre real. Un hombre real nace, hace lo poco que puede y luego se muere. ¡Eso es todo! A un hombre real lo recuerdas y puedes decir cómo vivió y murió. Pero RL te engañaba. Tocaba la guitarra cuando no tenía que haber sido capaz de hacerlo, y nadie sabe cómo murió. Puede que fuera la pulmonía, puede que fuera un hombre celoso. Puede que Satán viniera y le hiciese ladrar como un perro antes de llevárselo a casa.
Pero los pobres diablos que buscamos su historia estamos perdidos antes de empezar. Porque Robert Jonson nunca nació y no podía morir. Era Delta blue hasta el fondo de su alma. Era el blues; lo es hoy. Su sufrimiento no tenía principio. Y la muerte nunca podría aliviar el dolor que él padecía”, de Cuchara Wise en "Carretera comarcal al blues" (1986), epígrafe del libro “Blues de los sueños rotos” de Walter Mosley.

sábado, 26 de enero de 2008

NO a las pasteleras


Envalentonado por la ignorancia, este blog toma postura y le dice "NO a las pasteleras" uruguayas.
Como el compromiso es total sólo cuando uno entrega algo que valora, he decidido quemar un poster que guardo desde 1986.
Es de la época en que compraba El Gráfico y tiene a Enzo Francéscoli vestido con la indumentaria de River, galera, capa y bastón.
Perdón, Príncipe, lo hago por el futuro de nuestros niños rioplatenses.

(Disculpen la falta de una Evangelina Carrozo, pero no estoy en estado físico como para exhibirme)

jueves, 24 de enero de 2008

La carretera de Dios


Cuando hubo clareado lo suficiente observó el valle con los prismáticos. Todo palideciendo hasta sumirse en tinieblas. La suave ceniza barriendo el asfalto en remolinos dispersos. Examinó lo que podía ver. Segmentos de carretera entre los árboles muertos allá abajo. Buscando algo que tuviera color. Algún movimiento. Bajó los prismáticos y se quitó la mascarilla de algodón que cubría su cara y se frotó la nariz con el dorso de la muñeca y luego miró otra vez. Se quedó allí sentado con los gemelos en las manos, viendo cómo la cenicienta luz del día cuajaba sobre el terreno. Sólo sabía que el niño era su garantía. Y dijo: Si él no es la palabra Dios Dios no ha hablado nunca.

“La Carretera”, de Cormac McCarthy (Pág. 10)

miércoles, 23 de enero de 2008

El mundo se fue al carajo... (1)


... cuando la obsesión por la comida sana puso en peligro de extinción a las empanadas fritas.

¡Viva el aceite, vivan las empanadas que chorrean sabor, viva la fritanga! ¡Muerte a las empanadas al horno y a los salvajes unitarios!

martes, 22 de enero de 2008

La argentinidad al palo (sigo leyendo)


Hubiera debido mantenerme callado, pero el alcohol suelta la lengua y anuda el entendimiento (…). Jamás en mi vida escuché un silencio tan profundo como el que siguió a mis palabras; el efecto del alcohol se fue de golpe, como si el silencio estuviera hecho de agua fría. ¿Cómo explicarles que había sido el cognac, no yo; cómo decirles que era un argentino y que estaba geográficamente destinado a hablar de más?
Pablo De Santis, “El enigma de París”. Pág. 65-66

- Esta noche hablaremos en el salón. El tema de hoy será el enigma. Estaremos todos: detectives y asistentes, aunque los asistentes, por supuesto, tienen prohibida la palabra. Conozco a los argentinos, así que me veo obligado a aconsejarle: vaya ensayando su silencio.
Pablo De Santis, “El enigma de París”. Pág. 74

(…)
- ¿Pero cómo sabe usted eso, si todavía no informé de su desaparición?
- Estamos al tanto de todo lo que ocurre en la Exposición- respondí, feliz de que alguien, en medio de una confusión, me considerara útil y oportuno.
- Su acento y su soberbia me parecen familiares- dijo el doctor Nazar en perfecto español-. ¿Usted es argentino? Yo también.
Pablo De Santis, “El enigma de París”. Pág. 185

lunes, 21 de enero de 2008

Qué bonita vecindad...


Recién termino de ver la película.
No se la voy a recomendar a nadie, pero ver juntas a Penélope Cruz y Salma Hayek no está nada mal.
Igual lo que me llamó la atención de "Bandidas" es que el personaje de uno de los directores de los bancos asaltados lo interpreta Edgar Vivar.
¿Todavía no lo sacás? Nada más y nada menos que el Señor Barriga (que hace unos días se hizo un by pass gástrico).
Dicen que ya están pensando en la segunda parte y, para abaratar costos, los papeles de Penélope y de Salma los van a hacer la Chilindrina y Doña Florinda.

(Pensé en poner una foto de Edgar Vivar, pero... ¿no hubiera sido un desperdicio?)

viernes, 18 de enero de 2008

Jaque al genio


El pináculo de la guerra fría estuvo lejos de misiles, amenazas en teléfonos rojos, botones a medio apretar y agentes dobles robando listas de espías. No tuvo lugar en Estados Unidos, tampoco en la extinta Unión Soviética. El terreno de juego fue la neutral Islandia.
En 1972 se terminaron las intrigas y el tablero del mundo encontró a las dos potencias enfrentadas. De un lado, Boris Spassky; al frente, Bobby Fischer.
Tras dos meses de guerra fría y piezas calientes, el norteamericano destronó al ruso y se coronó campeón.
En la misma ciudad que lo vio llegar a la gloria (y empezar el descenso), murió hoy el genio del ajedrez. Jaqueado por sus demonios internos y, los últimos años, resistiendo el embate del rey del tablero mundial.
Después de haberse coronado campeón, Fischer nunca defendió el título que le fue despojado en 1975. Sólo volvió a la competencia mayor cuando en 1992 reeditó el duelo con Boris Spassky.
Bobby volvió a ganar y se condenó. Las partidas se habían jugado en Yugoslavia sobre quien pesaba un embargo internacional por las luchas. Estados Unidos pidió su captura internacional y él pudo volver a maldecir al país del cual renegaba.
Detenido en un aeropuerto de Japón en 2004, estuvo preso 9 meses hasta que Islandia lo reconoció como ciudadano y el enroque le permitió escapar de los alfiles del imperio yanqui.
Allí vivió, enloqueciendo y enloqueciéndolos a todos, hasta hoy cuando murió a los 64 escaques.

miércoles, 16 de enero de 2008

Adonde quiera que vayas


Hace poco estuve releyendo “Los Lemmings y otros”, un libro de cuentos de Fabián Casas. Ahí me di cuenta que la máquina del tiempo existe, sin cables, ni botones o luces de colores. Sin científicos nazis indultados por el imperio. La máquina es apenas uno de esos cuentos, “El bosque pulenta”.
La historia de dos amigos de la infancia, pibes de barrio. La historia de un líder (como Facundo Pérez Morresi, ver revista Leche 16) que les traza el camino a los demás, les descubre un lenguaje, les abre mundos, que un día se pierde, se borra como una marca sobre el agua.
Con ese cuento, puedo jurarlo (yo, que nunca juro), viajé al pasado.
Volví a jugar por la Coca que salía dos australes con cincuenta. Volví a eructar triunfos (que de grande escasearon) en canchas improvisadas, en calles desiertas, en veranos implacables.
Cuando en el cuento se disponen a pelear con la barrita enemiga, para ver quién es más pulenta, uno de los pibes pregunta si esa plaza está en Boedo. La respuesta del líder es implacable: “Boedo queda donde estemos nosotros”.
Yo no pude evitar que se me pusiera la piel de gallina cuando leí esa frase, tampoco ahora que la transcribo.
Porque es así. A cierta edad el mundo se reduce a cuatro o cinco nombres. Tus amigos son un continente que se desprende de todo, que puede llevarte a la deriva, pero al que no podés traicionar.
Y la aventura está a un partido de distancia, a un desafío por la Coca, a dos cuadras. Y la mayoría de las veces, cuando pasa el tiempo, ese continente estalla. Pero jamás desaparece. Porque el barrio, ese mundo, queda donde estemos nosotros y eso no lo puede cambiar nadie.

martes, 8 de enero de 2008

Epígrafe de "El que tiene sed"


“¿Qué son para mí las campanas, los tambores, los manjares finos, si ya sólo deseo estar ebrio siempre, si no quiero recobrar la razón?”, de Li Po, en “El que tiene sed” de Abelardo Castillo.

jueves, 3 de enero de 2008

El Che, a la conquista de Europa Oriental


Una nueva Join Venture sale a copar el mercado. Esta formada por capitales irlandeses y argentino-cubanos.
Esta noticia (incluida la foto) que está convulsionando a los mercados, la consiguió Valeria Carrizo, periodista de El Conjuro en Europa.
Conocida en el Viejo Continente como Valery Karpin, antes de convertirse al londonismo, desperdigó talento en el Río Negro, La Maraña, Antena Libre y en medios de Puerto Madryn.
Por lo que se ve en la foto, pese a la fuerte identificación que tienen San Patricio y el Che en sus tierras natales y por adopción, la sede va a estar en Praga, dando muestra de que Ernesto tendría que haber evitado Bolivia para concentrarse en Europa Oriental.
Nuestro saludo al emprendimiento ideológico-comercial.
¡Marche un desayuno guevariano!