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martes, 24 de abril de 2012

... canten bajito y contra el pecho "tranqui hoy"


Hola, entré al cambiado escritorio de mi blog sólo porque recordé lo mucho que me gusta "Tranqui hoy" de Alfredo Jaramillo.
Ya lo dijo cuando anunció la presentación del manifiesto "Recuerden siempre que se les prenda fuego la choza, canten bajito 'tranqui hoy'".

La historia empezó con unas bailarinas búlgaras
hundidas en el fondo del mar, haciendo piruetas con los peces
el poema decía “atención / que es madrugada y viene el mar /
que los peces están fríos y no paran de cantar / bailarinas búlgaras
bailarinas búlgaras hasta el final”, y después
nunca siguió
como miles de otras cosas, hace poco sin más
pensaba en otro que iba a hablar sobre Monrovia
le iba a poner “Chica de Monrovia”, relataría la vida
de un soldado desnutrido que fumaba Camel 10
muriéndose de ganas de hacerse una operación
de cambio de sexo
algo que nunca se escribió, por otro lado
como ese poema que empezaba “estaba perdido allá
camino a Tulsa”, ¿de dónde salió? ¿quién
lo vio venir? ¿cómo llega la inspiración?
¿a la noche, en un rapto, incitada por dos
botellas de nafta, media naranja, una
cucharada de odio?

martes, 17 de abril de 2012

Oscar Fariña y un Martín Fierro en clave cumbia

Hace algunos días vi un nombre en el diario Río Negro que me llamó la atención: Fariña.

Craneo craneo, craneo.

Hasta que me digo ‘yo a este tipo lo conozco de algún lado’.

No me quedó otra que empezar a leer esta entrevista en la que rencontré a un paraguayo asentado hace años en la Argentina que supo moverse por la poesía de la mano de damas gratis, entre el humo de la yerba brava y el arrebato de los pibes chorros; fue protagonista de “Un ballet de policías en el agua”; y ahora subvirtió la literatura gauchesca.

Hoy Oscar Fariña, bah, en realidad el año pasado, es/fue noticia porque su nuevo libro fue considerado uno de los mejores del año: El Guacho Martín Fierro.

Podría suscribir, pero no lo leí y prefiero no andar mintiendo; pero igual me animaría a recomendarlo.

No sólo por haber leído sus poesías de “Pintó el arrebato” (género que no curto), también por el desafío estético/literario que decidió encarar: (re)descubrir-encubrir el Martín Fierro en clave cumbia.

Una apuesta interesante de un tipo que alguna vez me dijo “soy empleado de una cadena de librerías. Mi trabajo no tiene, ni remotamente, nada que ver con la literatura”.

Relinkeo la entrevista en la que Oscar Fariña habló de su primer libro, poesía, el Salfina y en la que definió su estilo con estas palabras: “Escribo para un lector hipotético que soy yo (¡a cuántos estaré parafraseando con esta frase!). En ese juego de espejos enfrentados, de micrófono apuntado al parlante, me aturdo y así sale lo que sale. Frase para la posteridad: mi estilo es el acople (a través de varios niveles) entre las dos partes de un sujeto disociado ¿Y el otro? me cago en el otro”.


Crítica:

Factotum ediciones

Revista Ñ

Página 12

Clarín

Rolling Stones

martes, 23 de agosto de 2011

¿Dónde están los poetas?

Están subiéndose a la lengua de la cobra

contemplando desde arriba las ondulaciones

del camino y más allá las montañas

nevadas y más allá un cactus

hidratándose a 40º grados y más allá

un águila estampada en una campera de cuero

están parados

haciendo cola en un bar de ensaladas

masajeándose los hombros en la espera

haciendo sonidos guturales mientras miran

el brócoli y dos o tres porotos perdidos

sobre una bandeja de plástico

están pensando en las formas morbosas que las luces

dibujan en las caras de los chicos que sirven

a una morocha con pecas un careta albino

le ve la cara de un ñu después de haber

saltado un barranco, incluso se anima

a decirle “cuidado, que en el fondo del río

te está esperando un cocodrilo”, y la fila

explota en carcajadas, un viejo cónsul

del estilo se cansa y con su báculo

rompe las luces dicroicas, llama a un mozo

y abanicando en su cara el jovial instrumento

le dice “cuidado, que en el fondo del Nilo

te está esperando este tío”


Alfredo Jaramillo en Revista Cítrica, clickeá y leelo completo o hacé lo que quieras.

lunes, 18 de julio de 2011

Historias del trabajo: el viento que todo lo mueve

Los días papeles volando por la calle

mugre en los ojos y en las mejillas

tierra en la lengua.

La existencia es un largo día de viento seco y frío

un viento feroz que ni siquiera es tornado vistoso

llevo años esperando

un cono de viento yanqui que arranque al Cristo de madera

y lo coloque en el fondo de un barranco

pero todas las noches cierro los ojos lastimados todas las noches

sin que pase nada de nada:

nada.

Anoche dormí bien

anoche dormí bien borracho

y soñé con una mujer como vos

nada bueno ni nada malo

después soñé con un león comiéndome

los pies

casi quedaba de tu altura

y me sentía bien me brotaba la felicidad

de los labios la risa aparecía como un vómito

que se hacía real, cuando prendí la luz.

Muy bonita muy bonita muy bonita

casi una estrella cruel brillante lechosa y fría

como la cortina que se inflaba a medias con el viento

y el dibujo del futuro en la arena por debajo de la puerta.

Casi me quedo dormido,

no me quería despertar.

salí temprano,

los gallos no se levantan en la ciudad tan temprano

ni siquiera hay gallos en la ciudad o los tapó la tierra.

Llegue tan temprano que no había nadie.

le pedí las llaves al sereno

para empezar luego de esperar

una hora dos horas, sólo el viento se hizo presente

y yo creía es temprano.

Se colgó del cable? dijo el otro, el nuevo

se colgó de internet? diría un boludo que usa computadoras

yo le pregunté cuando la descubrieron

fue el domingo, no dijo, dijo, todos se fueron al velorio

porque tu compañera de trabajo se colgó de una viga

por eso no viene nadie ni va a venir

la petisa media loca la que estaba embrazada

la que fumaba a montones y vivía en un barrio

sin luz

en una casa alquilada sin baño sin ducha y escuchaba el viento como yo

la que trabajaba para un tercero que trabajaba como testaferro

de un viejo que aparece por todos lados en carteles políticos

el que se queda con la moneda

y suelta el centavo del tesoro neuquino.

Murió,

como mueren los perros, sin trascender

pero falleció con un bebé en la panza

Se debe sentir muy mal

el bebé se debe sentir como un científico en un batiscafo

que se hunde en la fosa más profunda

que ofrece hoy día el mar de película, el más embravecido

y sin aire

Sin aire debe ver puntos fosforescentes, peces del abismo

¡sin el beat, beat, beat del corazón de su madre!

Se la debo

y el viento que agita

y agita la gran piñata de carne

que cuelga de una viga

a la piñata que maquillaron para disimular el cuero cabelludo

que se le desprendió como la cáscara a un fruto maduro.

Le debo, a ese futuro neuquino, argentino, latinoamericano

las calles polvorientas y una larga vida de mierda

serena y áspera como una tarde de viento en Neuquén

en las tomas en los alquileres en el Parque central en el Gregorio

o capaz que no,

Capaz que la pegaba

Capaz que le iba bien

Quizá me vaya bien a mí algún día...

pero a quién le importa

yo volví a limpiar los vidrios y no puedo acordarme de su cara

y

la veía todos los días

durante dos años que ya pasaron como llevados por el viento

parece mentira.

Héctor Kalamicoy

jueves, 10 de marzo de 2011

Feliz cumple, Chuck

Ok, señores alguien tiene que rendirle homenaje a ese gran macartista de películas atractivas de baja estofa que es Chuk Norris en el día de su cumpleaños.
Comparto con los anacrónicos que entran al blog el homenaje que le hacen en sopitas.com y les dejo un viejo posteo, que hice tras leer un poema dedicado a este groso, que con sus películas marcó una época de nuestras vidas y dejó sus secuelas.

Chuck Norris conducción

Tengo que reconocer, si ya no lo he hecho, que no suelo leer poemas, pero de casualidad encontré uno muy interesante.

Se trata de un poema que recuerda al viejo y querido y odiado Chuck Norris. Ese tipo que yo iba a ver al cine Río Negro en Choele Choel. Cine de resortes salidos, de chicles volando, de putas, borrachos y gente con cara de prontuario. Cine en el que pedías pizza y por servilleta te daban un pedazo de cartón. Cine en el que nadie iba al baño, se meaban las parras del patio .

En ese cine vi, por ejemplo, “Invasión USA”. Una de las tantas películas en las que Chuck hacía que te den ganas de ser norteamericano y tener una bazzoka para volar japorusosfilivietnachinos por los aires.

Ese Chuck volvió por un momento cuando en el blog de Juan Terranova encontré una parte del poema “A Chuck Norris yo lo seguiría hasta el fin del mundo”, pasaje sin escalas para llegar a “El volquete” donde se publica completo:

Si McCain

no fuera un republicano blando

ablandado por la negritud de Obama

si McCain no necesitara tomarse un whisky

un puro scotch de macho de las salvajes praderas de Mississipi

antes de salir a cabecear flashes y a recordarnos lo mucho

que todos confiamos en Dios

a mí no me quedan dudas de que Chuck

sería su vicepresidente

Para leerlo completo, métase a El volquete

lunes, 24 de agosto de 2009

Flores

Si vas a Zagreb
y querés comprar flores,
estirá tu dedo índice,
elegí las que más te gusten
y decí "Cvitanich".
No dejes que se te escape
esa chica croata.

lunes, 20 de julio de 2009

El disturbio y la furia

Si alguna vez escribí "lo primero que quiero decir es que Alfredo Jaramillo me caía mal", ahora agrego, lo segundo que quiero decir es que Alfredo me cae muy bien.
Lo tercero es que Claudio Andrade le hizo una entrevista para su blog y para el diario Río Negro.
Lo cuarto que quiero decir es que la recomendaría aunque no fuera buena, por eso de que uno a los amigos los promociona.
Lo quinto es que, además, la entrevista está buena.
Lo sexto es que el problema de leerlo a Jaramillion es que te deja pensando, con lo cual sino tenés ganas de hacer flexionar las neuronas poné "Valientes" (yo a veces lo hago).

La poesía como introspección y disturbio (Río Negro)
"Grunge": la experiencia poeta (Río Negro)

Más sobre este muchacho:
El poeta de la Seattle argentina (El Conjuro)
Alfredo Jaramillo: Poesía-rocker y los bigotes de Caparrós (El Conjuro)

domingo, 19 de abril de 2009

Alfredo Jaramillo: Poesía-rocker y los bigotes de Caparrós

Lo primero que quiero decir es que Alfredo Jaramillo me caía mal.
Lo escuchaba haciendo notas para Canal Diez y lo detestaba sin conocerlo.
Esa voz más propia de un programa de cable de San Isidro que de un noticiero del Alto Valle, de ese Alto Valle ahumado al ritmo del fuel oil y las cubiertas en llamas, de las manzanas de acá a la vuelta más caras que las bananas de Ecuador. De ese Alto Valle del que Alfredo piró hace un par de años y al que volvió por un rato.
El afectado y puto tono de Jaramillo es el primer recuerdo que tengo de él.
El tono que llenaba un aula chica de la facultad cuando compartimos una capacitación con Eduardo Anguita (bastante pedorra, por cierto).
Debe haber sido en el 2003 ó 2004. Anguita bla, bla, blaba y, antes de seguir, se ofrece: “¿alguien tiene una pregunta?”.
Como suele suceder, nos miramos como boludos y antes de que el coautor de “La Voluntad” retomara su charla, se escuchó la voz de Jaramillo.
“¿Los bigotes de Caparrós… son de verdad?”
Anguita no contestó, lo debe haber mirado de costado y siguió con otro tema.
Yo miré a un amigo al que cada vez miro menos y pensamos lo mismo.
Sólo que enseguida me di cuenta que, en realidad, odié a Jaramillo en ese momento, porque hubiera querido ser yo el que hiciera esa estúpida-impertinente-genial pregunta que para la mayoría pasó de largo.
¡Podés creer lo que preguntó este hijo de puta!
Esa pregunta, un par de charlas, algunos tragos y una tempura alcanzaron para que nos hiciéramos amigos.

Jaramillo volvió a Roca para presentar “Grunge”, su libro de poemas.
Libro que, alguna vez escribí, está destinado a convertirse en un suceso minúsculo e ineludible en los peores barrios de las mejores ciudades… y en los mejores barrios de las peores ciudades, también.
En un sucucho digno de los grises pubs post 2001, hubo cerveza barata, poesía exquisita y rock visceral.

En el principio fue la luz. Una luz que iluminó a Héctor Kalamicoy cuando salió del baño.
El Poeta de la Perca, algo entonado, escudriñó con una de esas miradas desquiciadas antes de disparar “Cómo te quiero Ko Ko” e “Introducción a un feo lugar”.
Kalamicoy ahí al frente, mordiendo las palabras.
Héctor Kalashnikov con cara de psicópata, capaz de clavarte una palabra filosa en el corazón o perderte un poema en el culo.
Aplausos.

Difícil tarea la de Federico Aríngoli subir al escenario después.
Aprieto que se pasó por las bolas con un análisis admirable de “Grunge”, un texto que si el puto medio periodístico fuera más o menos justo lo tendría que disparar a la jefatura de la sección Cultura del diario en el que trabaja.
Bueno, aunque tampoco sé si será lo mejor para él.

Jaramillo debe ser el único escritor que va a presentar un libro y no lleva ninguno para vender.
No importa, al menos trajo los poemas impresos para leerlos.
Para llevarnos con sus palabras a las bardas a tomar cerveza caliente, perder finales supersónicas, volver a pisar esa vieja terminal rodeada de bares llenos de tipos que cambiaron rabia por resignación, para respirar las pasiones adolescentes de los 90.
“Grunge” convertido en el folleto de promoción anti-turística de la Seattle argentina.
Un libro que no se va a leer en el Barrio Rincón de Emilio, pero que en algunas cabezas puede llegar a convertirse en la contraseña que, finalmente, lleve a Alfredo Jaramillo a cumplir su sueño: transformarse en el “Lou Reed de Plottier”.

PD: “Delirio Suburbano” no es la mejor banda de la cuadra ni tampoco lo será, pero ni siquiera Divididos hubiera rockeado como lo hicieron ellos el sábado a la madrugada.
“Delirio Suburbano” (que también podría presentarse bajo los nombres “Delito Suburbano” o “Mapa del Delirio”) disparó mística y se ganó su lugar en esta pequeña historia. Cuando tocaron “Heroin” sentí (sin haber consumido más que cerveza) que la cabeza se me despegaba, que éramos todos amigos, que la noche era perfecta, que estábamos viviendo un momento único, irrepetible, con todo lo triste y placentero que eso puede ser.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Chuck Norris conducción

Tengo que reconocer, si ya no lo he hecho, que no suelo leer poemas, pero de casualidad encontré uno muy interesante.
Se trata de un poema que recuerda al viejo y querido y odiado Chuck Norris. Ese tipo que yo iba a ver al cine Río Negro en Choele Choel. Cine de resortes salidos, de chicles volando, de putas, borrachos y gente con cara de prontuario. Cine en el que pedías pizza y por servilleta te daban un pedazo de cartón. Cine en el que nadie iba al baño, se meaba la parra del patio.
En ese cine vi, por ejemplo, "Invasión USA". Una de las tantas películas en las que Chuck hacía que te dieran ganas de ser norteamericano y tener una bazzoka para volar japorusosfilivietnachinos por los aires.
Ese Chuck volvió por un momento cuando en el blog de Juan Terranova (a quien debo agradecerle que haya linkeado la entrevista a Kalamicoy) encontré una parte del poema "A Chuck Norris yo lo seguiría hasta el fin del mundo" y el pasaje sin escalas para llegar a "El volquete".

Si McCain
no fuera un republicano blando
ablandado por la negritud de Obama
si McCain no necesitara tomarse un whisky
un puro scotch de macho de las salvajes praderas de Mississipi
antes de salir a cabecear flashes y a recordarnos lo mucho
que todos confiamos en Dios
a mí no me quedan dudas de que Chuck
sería su vicepresidente

Para leerlo completo, métanse a "El volquete".
Posteado algún día en Escafandra.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Desde mi ventana

Desde mi ventana
se ve ve el canalito
el paseo lindo de los pobres y los descalzos
el frente de la clase media y media-alta
la cinta gris de los foo(uck)ting caminantes

Desde mi ventana
se ven los autos setentistas
más lustrados de este siglo
se ven y se escuchan, se oyen sus poderosos equipos
se bajan frente a mi ventana
dos y dos, se sientan en el césped (que no es césped)
abren la cerveza con el encendedor
y le dan al pico con el regetón al tope

Yo los escucho sin querer escuchar
entonces me voy de las páginas de Villoro
y me invento mi propio regetón
“perrea la nena, perrea y se menea
yo la filmo y le digo ‘no tienes que tapalte,
aprovecha y muéstrame tus paltes’
ella ríe y bate el chocolate
yo sudo mi tiyirt y es mi pecho el que late
hace bling bling
hace que me exalte
no dejo de filmar y le entro con el guante
hace que se enoja, pero empieza a tocalme
‘no mames, cabrón con el rec a otra palte’
aunque diga ‘stop’, su mirada gime ‘dale’
vuelvo a poner play y la empiezo a gozal
ella es mi diabla, yo soy su ángel del mal”.