Chuck Norris conducción
Tengo que reconocer, si ya no lo he hecho, que no suelo leer poemas, pero de casualidad encontré uno muy interesante.
Se trata de un poema que recuerda al viejo y querido y odiado Chuck Norris. Ese tipo que yo iba a ver al cine Río Negro en Choele Choel. Cine de resortes salidos, de chicles volando, de putas, borrachos y gente con cara de prontuario. Cine en el que pedías pizza y por servilleta te daban un pedazo de cartón. Cine en el que nadie iba al baño, se meaban las parras del patio .
En ese cine vi, por ejemplo, “Invasión USA”. Una de las tantas películas en las que Chuck hacía que te den ganas de ser norteamericano y tener una bazzoka para volar japorusosfilivietnachinos por los aires.
Ese Chuck volvió por un momento cuando en el blog de Juan Terranova encontré una parte del poema “A Chuck Norris yo lo seguiría hasta el fin del mundo”, pasaje sin escalas para llegar a “El volquete” donde se publica completo:
Si McCain
no fuera un republicano blando
ablandado por la negritud de Obama
si McCain no necesitara tomarse un whisky
un puro scotch de macho de las salvajes praderas de Mississipi
antes de salir a cabecear flashes y a recordarnos lo mucho
que todos confiamos en Dios
a mí no me quedan dudas de que Chuck
sería su vicepresidente
Para leerlo completo, métase a “El volquete”
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