El pasado tiene extrañas formas de presentarse. En este caso lo hizo en la figura de un gigantón, veterano de mil batallas.
Se corporizó en uno de los mejores jugadores argentinos de básquet de toda la historia.
Un tipo que alguna vez contó que salió a comprarse un Escarabajo y volvió con un colectivo.
Hernán Montenegro.
El Loco.
El tipo que, alguna vez conté, había comprado en Choele la casa en la que vivían mis viejos. El que los hubiera convertido en unos sin-techo sino fuera porque alquilaban y ya se habían mudado a El Chocón.
Tal como adelantó mi amigo César Sapag, el Loco fue contratado por el Club del Progreso y esta noche pisará las canchas de Roca para jugar un cuadrangular.
Hoy, dentro de unas horas, estaré en esa cancha para ver jugar al único tipo al que le pedí un autógrafo. Más que por fanatismo, por imitación.
Autógrafo que por quién sabe qué razones me niego a tirar.
Autógrafo que envejece entre otros objetos olvidados.
Una entrada de boliche navideña rubricada con un afecto impostado.
No sé si esta noche será la última vez que nos crucemos con el Loco. Sí tengo claro que en esos 40 minutos existe la posibilidad de que encuentre los motivos que hacen que todavía guarde su firma.
3 comentarios:
Ojalá cague a piñas a alguno del equipo contrario.
Hubieramos ido juntos a ver el partido, como estuvo?
Metio 31 puntos bajó muchos rebotes, una tapa y una volcada. No quiero decir "yo lo dije", pero... yo lo dije.
En la radio había recomendado que fueran el primer partido porque por la edad y etc podía lesionarse, algo que pasó en el 1º cuarto del segundo partido. Me alegro que todos los que leen este blog me hayan hecho caso.
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