Lowry viaja en automóvil con su padre. El petulante abogado Lowry critica a un hombre que todos los días hace el mismo camino a pie, entre la nieve: “Es un borracho”, dice. El hijo no puede ocultar su admiración por ese ultrajado que se levanta a las cinco de la mañana para caminar once kilómetros. ¿Es justo que se insulte a alguien capaz de tal proeza? En ese momento decide lo que será de grande: un borracho.
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