“Tengo la manía de memorizar los nombres de los torturadores, no sé, pero tengo la impresión de que memorizar los nombres de los torturadores tiene un sentido y ¿sabe por qué?, porque la tortura es una responsabilidad individual, la obediencia a una orden superior no es tolerable, demasiada gente se ha escondido tras esta miserable justificación, haciéndose un escudo legal de ella, ¿entiende? Se esconden tras la Grundnorm”.
“La cabeza perdida de Damasceno Monteiro”, de Antonio Tabucchi, pág. 130.
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