Tras la participación en Avenida Diseño, me llueven las ofertas del mundo de la moda.
Acá luzco una remera que le regalaron a mi novia y a ella, además de quedarle grande, le daba vergüenza usar.
Debo decir que cada vez que uso la remera, la gente desvía la mirada y se muerde el labio inferior con claro gesto de “no podés”.
No importa, sí puedo.
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