Sobraba el tiempo entre los turnos de cavar. Cavaban de mañana, para que el viento tapase el ruido de las rocas. Hablaban:
- ¿Qué querrías vos?
- Culear.
- Dormir.
- Bañarme.
- Estar en casa.
- Dormir en cama, limpio.
- Culear.
- Comer bien… ¡Te imaginás un asadito…!
- Ver a mis viejos.
No lo podían creer. Verificaron:
- ¿A tus viejos?
- Sí, y culear y bañarme –dijo el de los viejos, seguro que para no pasar vergüenza.
- ¿Vos, Tano?
- Dormir en cama limpia.
- ¿Y vos?
- Yo estar bien, lejos, con calor.
En el calor todos estuvieron de acuerdo. Uno dijo:
- Culear y ser brasilero.
- Qué: ¿negro?
- Cualquier cosa. ¡Pero brasilero!
"Los Pichiciegos", Rodolfo Fogwill, pág 71-72.
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