viernes, 26 de septiembre de 2008

Chuck Norris conducción

Tengo que reconocer, si ya no lo he hecho, que no suelo leer poemas, pero de casualidad encontré uno muy interesante.
Se trata de un poema que recuerda al viejo y querido y odiado Chuck Norris. Ese tipo que yo iba a ver al cine Río Negro en Choele Choel. Cine de resortes salidos, de chicles volando, de putas, borrachos y gente con cara de prontuario. Cine en el que pedías pizza y por servilleta te daban un pedazo de cartón. Cine en el que nadie iba al baño, se meaba la parra del patio.
En ese cine vi, por ejemplo, "Invasión USA". Una de las tantas películas en las que Chuck hacía que te dieran ganas de ser norteamericano y tener una bazzoka para volar japorusosfilivietnachinos por los aires.
Ese Chuck volvió por un momento cuando en el blog de Juan Terranova (a quien debo agradecerle que haya linkeado la entrevista a Kalamicoy) encontré una parte del poema "A Chuck Norris yo lo seguiría hasta el fin del mundo" y el pasaje sin escalas para llegar a "El volquete".

Si McCain
no fuera un republicano blando
ablandado por la negritud de Obama
si McCain no necesitara tomarse un whisky
un puro scotch de macho de las salvajes praderas de Mississipi
antes de salir a cabecear flashes y a recordarnos lo mucho
que todos confiamos en Dios
a mí no me quedan dudas de que Chuck
sería su vicepresidente

Para leerlo completo, métanse a "El volquete".
Posteado algún día en Escafandra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo que la televisión no se animo a amostrar en www.blog.avenidadisenio.com.ar